Un jueves sin prisas

Estimados amigos:

En virtud del festival de intercambio de blogs swinger, es un placer darle la bienvenida en este espacio a Dayann, Bloggera de la Guayana Francesa , quien administra el excelente blog "Kasa de papel", sitio al cual desde ya es un honor invitarles a visitar.

He acá su contribución a este humilde espacio...

"Un jueves sin prisas..."


¿Lo Recuerdas?.. Yo si! Supongo que es porque las mujeres tenemos una mejor memoria, ó tal vez los verdaderos caballeros como tú, no tienen memoria...



Era jueves, ese día en especial, había tenido una magia, diferente a otros días... Se respiraba un aire frió, que me hacia desearte a mi lado.

Una voz calida llamaba a mi celular... Eras tú que me invitaste a tomar un café en tu casa, así que tomé mi abrigo, y decidí llegar hasta ti.



Ahí estaba yo, lista para compartir un café, y...Por que no? Algo más! Me recibiste con un beso tierno, inocente, sentí tu palpitar, tu respiración, tus miedos, tus dudas y sabes… me encantaste!... Al igual que yo, tenias muchas cosas que decir, y más k demostrar. La noche avanzaba, de pronto así sin más, estábamos compartiendo ese sillón... Tú y yo juntos.



Comenzaste a acariciarme el cabello, de pronto todo lo que estaba a nuestro alrededor ya no importa. Me llevaste hacia tu recamara, no había música de fondo, solo el silencio nos acompañaba y esa bella luna acompañado de su elegancia.



Tomaste mi abrigo, decidiste que no lo necesitaría... al menos no, por el resto de esa noche.



Besabas mi cuello, con tal ternura, que yo lo disfrutaba, de pronto, la atmósfera era perfecta... Recuerdo, tus manos tocando mi cuerpo, como si fuera una escultura valiosa, preciada. Me tocabas con tal sutileza, con tal deseo. Tus manos llegaron hasta mi abdomen, ahí te detuviste, me despojaste de mi blusa, y con tus dedos, comenzaste a jugar en mi piel, me llevaste a un terreno que disfrutaba! Tocaste mis piernas, ejercias una presión, que me gustaba..



Ahora creo que tu sabias, la importancia de saber manejar la situación, para que ambos disfrutáramos... llegaste hasta mi vagina, te limitaste a rozarla.. Sabias lo que yo deseaba, pero también buscabas el momento ideal.



Con ese pequeño roce, avivaste muchas cosas en mi, me estremeciste, pero todo era tan lento, sin prisas, que me cautivabas totalmente, y me perdía en los segundos, que se convertían de manera tímida en minutos..



Deslizaste tus manos, con una habilidad envidiable. Estaba deseando que tocaras mis senos, a veces con suavidad, a veces con presión…disfrutando de mí y yo disfrutando de ti... Tocaste mis formas, me recorrías poco a poco.



Comencé a perder mis miedos, acaricie tu espalda, recorriendo cada centímetro… Me dirigiste hacia ti, te colocaste delante de mí, me acariciaste la nuca, me besaste... Estaba excitada, tus manos me daban placer, tus besos me hacían viajar.



Encontraste mi clítoris, comenzaste a conocerme, a recorrerme… Sabias k estaba lista, mi humedad, te invitaba a seguir, a no detenerte. A llevar las cosas como hasta ahora lo habías hecho…sin prisas.



Poco a poco me penetraste, con movimientos rítmicos, despacio, suave, delicadamente. Tus manos, dirigían mis caderas, jamás dejaste de halagarme con tus palabras, simplemente me hiciste sentir princesa…



Mientras salías y entrabas, rozándome los labios de mi vagina, comencé a gemir… Fuiste muy tierno, me guiaste hasta mis propios deseos, me dabas ritmo. Me dijiste al oído, cosas deliciosas, que no me atrevo a decir!...



Quedamos exhaustos durmiendo juntos... Entre sueños, aún sentía como tocaste mis piernas, y tu lengua llegó a mis senos, mis pezones comenzaron a erizarse, y yo comencé a humedecerme aún en sueños…



Apoyaste mis talones en la superficie del colchón, separaste mis piernas y tu dedo dibuja círculos concéntricos en mi clítoris.



¡Me pareces el hombre más sensual que he visto! Te lo dije, aun con mis ojitos semicerrados, para preservar la magia de aquel instante. Estaba adormilada, con la boca semiabierta, la vagina húmeda y estrecha…Cambiaste tu dedo, por tu pene. Con la punta del glande, seguías haciéndome caricias, penetrando más y más... Hasta llegar al fondo. Yo, respondía con movimientos de piernas, te apretaba, te detenía, te devoraba, saliendo a tu encuentro.



Empujando mi pelvis hacia delante y atrás... Mi palpitar era cada vez mas intenso, mas rápido, mas profundo, mi conciencia estaba suspendida. Tuve un orgasmo, pero no uno final. Era solo el principio de todo.



… El principio de un delicioso jueves sin prisas!!