viernes, 29 de mayo de 2015

Límites, normas y anécdotas familiares

Estimados amigos:

Ya en ocasiones anteriores hemos hablado de la importancia de las normas y límites de la familia, y como esta define el accionar de cada uno de sus miembros.

Lo comento dado que a raíz del reciente cumpleaños de vuestro servidor, con la familia se hicieron diferentes recuerdos de anécdotas y vivencias ocurridas en los últimos años.

En este contexto, y con los conocimientos que nos ofrece la vida académica, es interesante visualizar como dichas vivencias pueden efectivamente analizarse bajo una óptica integradora de los aportes teóricos que son entregados en la Universidad.

No es el objeto de este blog el aburrir a nuestros lectores con consideraciones académicas de teoría de familia y otras hierbas, sino solamente compartir un par de recuerdos que podrían ser analizados con mis jóvenes alumnos en un contexto académico.
La tarea para ellos queda planteada, dado que este siempre sufrido y nunca bien comprendido personaje que les escribe, al realizar un análisis del proceso de socialización diferenciada, puede servir de base para interesantes reflexiones

Se pueden plantear algunos ejemplos a este respecto:

En los inicios de la relación es este servidor quién se encargaba del lavado de la ropa familiar y del aseo de la casa. La figura femenina cooperaba en lo doméstico con el planchado y lo referente a la cocina. Si bien es cierto que en la actualidad se cuenta con servicio doméstico para los referidos menesteres, sigue siendo quien les habla el que supervisa el lavado y aseo, y la figura femenina la supervisión del planchado y cocina.

Por otra parte, ambos cónyuges han trabajado desde el inicio de la relación, y la administración del dinero familiar por común acuerdo, ha recaído siempre en la figura femenina. Excepción a esto último fue un período de un mes en que se quiso comer fuera y no había dinero en la cuenta. Luego de una violenta discusión, quien les escribe se hizo cargo de la administración financiera del hogar. Sólo duró un mes en esas actividades porque con posterioridad hubo que estar un año entero pagando el préstamo que hubo que sacar para pagar la deficiente administración financiera en ese período. Al cabo del mes, la tarjeta le fue devuelta a la figura femenina, la que la recibió sin decir palabra y con la más irónica de las sonrisas, ocasionando a su vez la más grande de las humillaciones para este sufrido servidor, se debe decir.    

Con respecto a los roles familiares, es interesante comentar el proceso de compra en la feria. En los inicios de la relación, era quién les habla el que realizaba estas actividades. Cuando transcurrían dos años de relación, recibió el encargo de comprar papas. Cuando llegó con las papas, los cuestionamientos por parte de la figura femenina fueron inmediatos, y referidos al tamaño de las papas (muy grandes o muy chicas) y a su forma (no eran redondas, no tenían el color deseado, etc.). Este sufrido bloguero hubo de manifestar que no tenía la menor intención de andar con un sextante para comprar las referidas papas, por lo que desde ese momento y en adelante sería ella quién comprara las cosas de la feria. Esta situación se comenzó a cumplir hasta que un lumbago demasiado recurrente por el peso de las bolsas se hizo manifiesto, lo que obliga a retomar las compras en la feria por parte del incomprendido autor de estas líneas.  A pesar de lo anterior, es menester manifestar que en los 20 años siguientes, su servidor jamás ha vuelto a comprar papas, siendo los mencionados tubérculos comprados por ella misma en el supermercado o en el negocio de la esquina. Los alegatos producidos cuando esto ocurre, son fértil materia de otro trabajo. -   

Dejando el proceso de análisis de socialización diferenciada, normas, límites y supuestos explícitos e implícitos a mis jóvenes alumnos, hemos en lo general de manifestar que, tal como lo hemos dicho en anteriores oportunidades, que cada familia es única e irrepetible, como lo son también los seres humanos. No es posible generalizar pautas o supuestos. La realidad es una experiencia subjetiva, y a partir de ahí, de esa construcción, es desde donde comenzaremos todos los procesos de nuestra vida 

Un abrazo

El equipo de No Cruces el Río con Botas.NET

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