lunes, 7 de septiembre de 2015

¿Debemos tener verguenza de nuestro cuerpo en el sexo?


Estimados amigos:

  La pregunta del enunciado nace nuevamente de otra discusión en los debates de clases, las que como normalmente sucede, comenzamos hablando de una cosa y terminamos en los más diversos temas del mundo social.

Me permitiré partir con una experiencia de un colega profesor que me pareció importante de compartir.


 Hace ya muchos años, cuando estaba saliendo de la adolescencia, le tocó alternar como pareja  con una mujer que era algunos años mayor que él. No muchos, alrededor de 13 o 14 años, pero el caso es que me contaba que su compañera había tenido varias operaciones, y producto de ellas había quedado con importantes cicatrices en su abdomen.

Asimismo, después de haber tenido dos hijos, sus pechos eran algo caídos y no perfectamente redondeados como era su ideal.

Sucede que cada vez que iniciaban alguna íntima experiencia, ella no dejaba que él le tocara los senos, ni muchísimo menos que los besara o tuviera algún tipo de contacto con ellos. De igual manera, si la posición sexual consistía en que ella se subiera arriba, lo primero que decía era "no me mires los tajos", obligándolo a cerrar los ojos o derechamente colocar su palma  sobre los ojos de mi colega.

Como comprenderán, en esas circunstancias el disfrute de la vida sexual no era placentero para ambos, y a pesar de hacerle mención en reiteradas ocasiones que poco era lo que importaban ambas características, nunca dejó de ejercer la presión mencionada, lo que terminó finalmente arruinando la relación.

Mi colega profesor finalmente comentaba "traté de hacerla entender por todos los medios, pero finalmente no puedo estar con una mujer que no se quiera a si misma y nada haga en tal sentido arrastrándome a mi a su precipicio".

El caso no deja de ser interesante de análisis, habida consideración que en la relación sexual, como hemos planteado ya en reiteradas ocasiones, todo vale si están de acuerdo, informados, y entre personas adultas.

En primer lugar, hay que comentar que si llega el momento de estar desnudos, el hombre NO estará preocupado de sus cicatrices o de la redondez o flaccidez de sus senos. Les puedo asegurar que las preocupaciones del hombre son de otra índole y dicen relación con el disfrute mutuo si la pareja está bien complementada en el aspecto emocional.

Si la mujer se encuentra algo gorda por ejemplo, no debería tener ningún complejo de ello en la relación sexual. Su pareja ya la ha visto vestida y ha apreciado su silueta. Nada de lo que hay abajo de la ropa es demasiado diferente de lo que hay arriba  de ella, por lo anterior, el mensaje es no tener verguenza de nuestros cuerpos al tener cualquier tipo de contacto sexual, sino por el contrario, disfrutar plenamente el momento que ustedes, como todos, se merecen.

Si llega el momento en que una pareja desea estar desnudos con ustedes, es porque esa pareja ya ha evaluado con anticipación si son deseables para ello. Prejuicios como los planteados sólo contribuyen a minar la relación y a frenar el desarrollo sexual.

No tengamos verguenza de nuestros cuerpos en el sexo, el único requisito al respecto es el de mantener una higiene adecuada. Todo lo demás sencillamente sobra

Un abrazo

El equipo de No Cruces el Río con Botas. NET

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