Los besos son una profunda y apasionada invitación al amor y a la sexualidad. Su importancia es tal, pues predispone a una relación sexual placentera.
El beso es una comunión de dos personas, donde se comparte lo más íntimo de nuestro ser. Si besamos fríamente, o apenas acercamos los labios, en vez de besar apasionadamente, es que estamos poniendo una barrera a nuestra pareja, no queremos ofrecer o no estamos dispuestos a un acercamiento más íntimo.
Un beso profundo, prolongado y apasionado puede ocasionar un terremoto de sensaciones en el cuerpo de uno y del otro. En la mujer puede incluso provocar un orgasmo, y en el varón una rápida y prolongada erección. Muy diferente es cuando el beso es una presión mutua de los labios, es como una invitación antiséptica y deslucida al encuentro sexual, acá no hay invitación a la comunión sexual, al compartir lo más íntimo de nuestro ser.
Los labios poseen una alta sensibilidad, es la región fronteriza entre la piel y las membranas mucosas, en muchos aspectos análoga al orificio vulvovaginal, y se refuerza por los movimientos activos de la aún mucho más sensitiva lengua. Es decir, labios y lengua son órganos eróticos,
que poseen características semejantes tanto a la vulva como al pene. La boca y la lengua no tienen limitaciones, como a veces ocurre con la vagina y el pene, debido a que estos últimos están bajo el control de músculos involuntarios (de allí la disfunción eréctil en el hombre o el vaginismo en la mujer) mientras que los labios y la lengua se encuentran gobernados por músculos voluntarios. Podemos controlar nuestros besos, no así nuestros genitales.
La sexualidad es básicamente “entrega”, de lo más íntimo y profundo de nuestro ser. Por esto es tan vulnerable a las emociones, las limitaciones psicológicas, los conflictos, los desencuentros. No siempre se quiere entregar nuestro “yo” (nuestro ego), y sólo entregamos el cuerpo (nuestro traje externo).
Susana (42 años, casada, profesional, 1 hijo de 10 años) manifiesta: “ cuando beso a mi pareja, siento amor, deseo “.
Juana (52 años, casada, profesional, sin hijos) manifiesta: “ cuando beso a mi pareja siento presión y ahogo “.
Vemos que el mismo acto, besar, en estas 2 mujeres se traduce en 2 emociones diferentes. Para Susana su emoción es de afecto, placer, pero para Juana es de miedo y displacer.
¿Por qué tanta diferencia? Porque las personas tienen historia, vivencias desde siempre, desde que fueron un proyecto de vida y llegaron a este mundo, se sumergieron en él y transitaron cada etapa de la vida (como bebés, niños, jóvenes adolescentes, adultos jóvenes, adultos y adultos mayores) y la sexualidad no es ajena a todo esto, está permanentemente expuesta en hombres y mujeres, en cómo éstos se vinculan, en lo que dan y reciben. En mi trabajo como psicóloga y sexóloga , siempre tengo en cuenta estas preguntas ante una consulta: ¿en qué etapa de la vida está? ¿cómo fue su historia sexual? A partir de allí voy traduciendo, al idioma conocido por el paciente, lo escrito en él. El éxito está, en que esta traducción no se hace como si uno comprara un diccionario sexual o de la vida, porque cada hombre y cada mujer son únicos y las vivencias son únicas, y aún no se vende en las librerías un diccionario para cada persona viviente en este mundo.
Les dejo dos sugerencias para mejores besos eróticos y una mejor sexualidad :
En primer lugar relajar los músculos orales y faciales. Una boca tensa y rígida no sólo pierde sensibilidad, sino que expresa “ lucha” contra el compañero en vez de expresar “ entrega “.
En segundo lugar, prestar atención a la higiene física y a la salud. El mal aliento, afecciones en la boca, gusto a alcohol y tabaco, si el compañero no ingiere alcohol o no fuma, puede limitar e incluso provocar rechazo al besar. Si los “ ojos son la puerta del alma”, según lo que dice la sabiduría popular, la boca (los besos) es la llave dorada que abre la puerta mágica al goce, la pasión y a una sexualidad plena.
Fuente: Desconozco el nombre de la autora, pero se publicó en
http://www.corrientesnoticias.com.ar/interior.php?nid=104752
opinión:
Destaco del artículo la frase "La sexualidad es básicamente “entrega”," , a lo que yo agregaría comunicación.
Respetando todas las opciones, a mi parecer, el sexo debe ser la manifestación de algo más, de un sentimiento que une a dos personas, y el placer físico debiese ir aparejado por alguna especie de placer espiritual por el compartir con la persona amada.
Al largo del tiempo, el amor se va desdibujando, acabando o tomando otras expresiones. La entrega completa, sin inhibiciones, tanto física como espiritual, asegurará la permanencia en el tiempo de la relación de pareja.
Si es que esta entrega no estamos dispuestos a manifestarla, y hay ciertos reparos en la comunicación corporal, ya sea el beso, o la relación sexual, este debe ser conversado a la brevedad entre la pareja y solicitar la ayuda de un especialista en sexología.
Te reiteramos como lo hemos dicho varias veces, no cualquier sicólogo o siquiatra, sino un especialista en sexología.
Un abrazo
Educavent
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